Gente y Gestión de Paz
PROGRAMA PARA LA EDUCACIÓN EN IGUALDAD, EQUIDAD Y PREVENCIÓN
DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO PARA PROFESIONALES DE LA GESTIÓN
DE RECURSOS HUMANOS, GENTE Y GESTIÓN DE LAS EMPRESAS.
La violencia de género contra la mujer tiene múltiples manifestaciones y además de la que se produce en el ámbito de la pareja, también se produce en el entorno laboral.
El problema de este tipo de violencia hacia las mujeres es que es invisible, ya que se denuncia muy poco, además de ser muy normalizada y aceptada. Es necesario saber identificarla y actuar si presenciamos o sufrimos esta situación.
¿Cómo se manifiesta?
Las manifestaciones más frecuentes de este tipo de violencia contra las mujeres son el acoso sexual y el acoso por razón de sexo y lo son, porque en gran medida lo sufren las mujeres. Son violencias que evidencian que la desigualdad por razón de sexo persiste en el ámbito laboral y en la sociedad.
1.- Acoso sexual en el trabajo: toda conducta de naturaleza sexual desarrollada en el ámbito de organización y dirección de una empresa o en relación, o como consecuencia de una relación de trabajo, realizado por un sujeto que sabe o debe saber que es ofensiva y no deseada por la víctima, determinando una situación que afecta al empleo y a las condiciones de trabajo y/o creando un entorno laboral ofensivo, hostil, intimidatorio o humillante.
2.- Acoso por razón de sexo o acoso sexista: Cualquier acción u omisión relacionada con el género, es decir, con el conjunto de estereotipos culturales y sociales asociados al sexo de las personas y, en especial, relacionada con las situaciones de embarazo maternidad o de asunción de otras cargas familiares, que tengan como finalidad consecuencia atentar contra la dignidad de la persona, sea mujer u hombre, a través de la creación de un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo.
¿Por qué es importante?
Porque todos los trabajos, especialmente, los sectores y ocupaciones más feminizadas y precarizadas, presentan niveles de violencia hacia las mujeres en el entorno laboral.
La violencia contra la mujer abarca todo tipo de profesiones y todo tipo de esferas y cargos.
La violencia contra la mujer en el trabajo es un tema pendiente.
La crisis sanitaria, social y económica, está generando un mercado de trabajo mucho más precarizado que antes, y el riesgo de que las mujeres trabajadoras sufran acoso sexual y acoso por razón de sexo aumenta.
Además, las nuevas realidades laborales han aumentado los factores de riesgo conocidos, como el trabajo solitario, flexible y nocturno, así como los lugares de trabajo aislados.
Estos factores han aumentado y se han modificado, debido a que:
1.- Ha amentado el trabajo flexible, ágil y remoto, que puede significar más oportunidades para el acoso en línea, pues en principio cuenta con menos supervisión y potencialmente más margen para acceder a las personas trabajadoras en todo momento del día de forma individualizada.
2.- El distanciamiento social y la menor presencia física en los centros de trabajo significan que menos personas para presenciar o desafiar el comportamiento inapropiado o simplemente actuar como un disuasivo al estar allí.
3.- La recesión económica y los despidos probablemente conducirán a un aumento en el uso de personal autónomo y contratistas, que pueden no comprender completamente la cultura de la empresa en este sentido. No saber cómo denunciar un problema o no denunciar, por temor a perder el empleo también puede hacerlos vulnerables.
Una herramienta imprescindible contra la violencia de género.
La igualdad entre mujeres y hombres en el empleo es un elemento esencial y una herramienta imprescindible para luchar contra la violencia de género; garantizar la independencia económica de las mujeres que sufren violencia de género es fundamental para poder alejarse de las situaciones de violencia.